Fiestas evolución

El mundo de la noche es el escaparate perfecto para dar rienda suelta a nuestra imaginación (y desvergüenza) a la hora de vestirnos, y durante todos estos años que llevo visitando locales, clubes y fiestas; he observado diversas modas curiosas. Ja jaja

A finales de los 90, en mis inicios en esto del clubbing, se empezó a poner de moda llevar complementos en la boca. No me refiero a piercings o tatuajes, me refiero a los tubitos fluorescentes para pescar o a chupetes de niño pequeño.

Los primeros eran bastante peligrosos porque era posible que se rompieran si los mordías, y era típico que más de uno acabase con la boca toda verde al final de la noche. Los segundos eran simplemente ridículos, pero también sirvieron de escusa para que clubbers de sexos opuestos acercaran distancias.

Pasaron unos pocos años y empecé a moverme en ambientes más cyber, donde la música Techno Trance pegaba fuerte. La imagen de los que se reunían en estos clubes estaba claramente influenciada por las megaraves europeas: camisetas ajustadas, pantalones acampanados y peinados punk.

Debo admitir que yo fui una de los que se hizo uno de estos peinados a lo “cenicero”, junto con unos cuantos de mi grupo amigos, y hasta nos decoloramos las puntas de rubio en alguna ocasión. ¡Qué aguante tuvieron nuestros padres!

Más tarde, estos complementos empezaron a tener un estilo más moderno y futurista, con elementos electrónicos para conseguir efectos que los hicieran destacar en ambientes oscuros. Un ejemplo de esta nueva hornada eran las gafas con luces.

Es posible que antaño más de un fiestero se fijara en los haces de luz que salían de las cabezas de los dos componentes de Orbital e intentaron imitarles con copias de más bajo presupuesto y colores horteras. La cuestión es que, aún a día de hoy, se pueden encontrar.

Yo las probé una vez y tengo que reconocer que eran bastante incómodas, sobre todo por culpa del par de pilas tipo AA que se incrustaban en ambas patillas.

Siguiendo esta línea más avanzada, me topé con un gadget que es de lo más interesante: los guantes láser. Con ellos y un buen juego de movimientos con las manos, su poseedor se convertía en el centro de todas las miradas y la verdad es que el efecto es bastante impresionante.

La primera vez que los vi fue en una sesión Atomic Jam en la ciudad inglesa de Birmingham .

Con esto ya he hecho el repaso a las modas antiguas que recuerdo haber vivido, pero quiero exponeros una corriente actual que me tienen muy intrigada. No entiendo muy bien de donde puede haber salido la idea pero es realmente estrafalaria.

Se trata de ir vestido de tenista y tuve ocasión de descubrirla en el último Sónar. Puede que venga de lejos, pero fue la primera vez que lo vi y lo achaqué a la borrachera que llevaban un grupo de turistas vestidos en plan despedida de soltera.

Pero es que recientemente, volví a encontrarme con gente que llevaba zapatillas blancas, pantalón corto, polo ajustado y una cinta en el pelo; ¡y esta vez eran autóctonos! No sé si es honor a la buena temporada de Rafa Nadal, pero no comprendo que tiene de cool ver a un deportista en un club.

Para acabar, una propuesta que vendría a ser una evolución de algo que ya va siendo bastante común. Todos habréis visto alguna vez camisetas con leds animados en el centro; algunas con forma de corazón, otras con mensajes que van corriendo a través del torso o hasta imitando a un ecualizador que registra el ritmo de la música.

De éstas pude observar un buen puñado cuando visité una gran tienda en el Camden londinense: la Cyberdog. Allí reconocí que en Inglaterra lo tenían muy por la mano lo de dar la nota cuando salen de fiesta, y no sólo por que se disfrazan de colegialas o conejitas a la mínima oportunidad.

Como nuevo complemento de moda, os recomiendo vestir una camiseta que permite tocar 7 ritmos de bateria mediante un dibujo en la parte frontal. La encuentro perfecta para ir a cualquier bar a tomar las primeras copas con los amigos y arrancarte con un solo que dejará alucinado a todo el personal.